Cambios de vida
Dos años después, y en un giro impresionante de los acontecimientos estoy releyendo mis preocupaciones del 2020 (ternurita)... He de actualizar que Mr. Novio y yo ahora estamos casados, y no solo eso si no que su trabajo lo mandó a otro país, desde hace un par de años, donde tiene un ingreso mucho más holgado de lo que generábamos los dos juntos... Y digo generábamos porque en un muy frustrante desenlace y debido a cambios administrativos en mi trabajo anterior, llevo un año sin empleo, me operaron gracias a un ortopedista bastante inhábil que provocó una necrosis no diagnosticada en mi 1er metatarsiano hace como 10 años... y ahora pasé a ser una mujer biónica con placa de titanio integrada y toda la cosa... y last but not least: Estamos esperando a nuestra primer bebé.
Cuánta cosa ha pasado! Evidentemente si, y como es tradición externar mis pensamientos anuales en este blog que probablemente nadie lea, he de comunicar que en los próximos 15 días y con casi 6 meses de embarazo me mudaré de país allá donde mora mi ser amado.
En esta ocasión mi desahogo va enfocado a las vivencias de los últimos meses, como no bien sabes llevo arrastrando una depresión subyacente desde que me quedé sin empleo, A-M-A-B-A mi trabajo, siempre he sido una workaholic autoproclamada y este año ha sido mi primer año desde que tengo mayoría de edad que he estado sin trabajar, y es que entre la recuperación de la operación y la venida de la primogénita, no ha sido posible, cosa que me ha provocado una sensación de inutilidad increíble, ese sentimiento desconocido de estar en el limbo mientras todo mi círculo de amigos seguía con sus horarios de 8:00 a 16:00 ha ido carcomiendo mi salud mental poco a poco, de tal forma que fué mutando a otras áreas donde no sólo me siento económicamente retrasada, si no que me siento desactualizada y poco importante... Si yo sé, ya son ideas relacionadas con el autoestima probablemente, y el hecho de no poder volver a usar tacones por el resto de mi vida no ha ayudado mucho.
Acabando de ventilar mis tragedias, y espero no aburrirte, pero tengo que sacarlo: Este embarazo ha tenido más complicaciones de las que he podido imaginar, ya que desde la 2da semana iniciaron los ascos y vómitos, y uno diría "ah claro, es normal en cualquier embarazo" y si... el cambio de hormonas y la falta de placenta hacen estragos en el primer trimestre, pero ahora a 24 semanas y mucho más allá del primer trimestre mi gine me confirma que tengo hiperemesis gravídica, intolerancia a la hormona del embarazo, vómitos persistentes que se quedarán hasta el final, que en ocasiones me irritan tanto el esófago que acabo escupiendo hilos sanguinolentos (espero que no estés comiendo, lo siento), para acabarla de amolar, tengo alto riesgo de preeclampsia, tengo que inyectarme una vacuna para suprimir los posibles anticuerpos que mi tipo de sangre negativo pueda generar contra el posible tipo de sangre positivo de mi bebé y recién la semana pasada me diagnosticaron diabetes gestacional.
Increíble! Diabetes gestacional... esa palabrita "gestacional" hace que una piense que es temporal, que después del parto se va a quitar, pero si algo me enfatizó mi bariatra es que como ya tenía resistencia a la insulina (Gracias COVID 2020 y tus agresivos cambios en mi tiroides y páncreas!) ahora tengo una posibilidad del 50% de quedarme con diabetes ya para el resto de mi vida. Tengo que cuidar muchísimo mi dieta, tomarme mediciones de glucosa dos veces por día, y por si no es lo suficientemente divertido pincharme el dedo antes y después de comer... en una semana tengo que agendar en laboratorio estudios de glucosa para saber si procedemos con metformina, o ya de plano inyecciones de insulina para controlar el azúcar.
Llevando la cuenta del botiquín que tendré que justificar una vez me encuentre en el registro migratorio en el aeropuerto... tengo en la lista los multivitamínicos de cajón con ácido fólico y Omega3, calcio y potasio (por los cambios en la dieta, y la hiperemesis), bonadoxina y doxilamina (para las naúseas), aspirina (para la preeclampsia), metformina (por Mr. Esposo, y tal vez por mi), Omega3, las gotas de glaucoma del perro y el siempre confiable paracetamol (para las contracciones de Braxton Hicks) y una vez llegando allá, a buscar la vacuna para suprimir mis anticuerpos.
Y a qué voy con todo esto? Si, está feo enterarse que tu cuerpo no está funcionando al cien por ciento, estuve dos años haciendo ejercicio constantemente, cuidando mi dieta, bajé 10kg! y con ayuda de muchos doctores: psicólogo, bariatra, nutriologa, ginecologa y ortopedista ya empezaba a ver la luz al final del túnel (porque como les comenté, el COVID hizo estragos con mis hormonas)... y ahora el embarazo ha sido una sorpresa tras otra en temas de salud, donde con cada diagnóstico me siento más en duda con la confianza que había ido ganando con mi cuerpo. Nadie de mi edad (o al menos ningún conocido) ha pasado por tanto, y me he llevado una nada grata sorpresa al saber que no saben cómo reaccionar o que decir.
He externado mis últimas preocupaciones con mis personas de confianza, y la mitad de ellos han minimizado completamente lo que les cuento: Mi suegra me dijo de la diabetes "que ya no me preocupe, y al rato va a ser solo el recuerdo" y entiendo entre líneas que no quiere incrementar mi pánico pero francamente creo que no le importó mucho... y una amiga me dijo que "ella también se comía sus hotcakes deshabridos porque no les pone miel" cuando les compartí una foto de mi despensa keto, con harina de almendras, sin endulzantes de ningún tipo, que estuve horas buscando en el supermercado y leyendo más de 30 etiquetas para saber cuál tenía menos azúcar. Mi familia ha sido un gran apoyo, ellos si entienden mi apuro y han leído sobre el tema para saber como apoyarme con estos cambios de vida, pero como se atravesaron las fechas de Navidad y Fin de año (y la despedida del país) mis amigos quisieron acercarse para organizar la tragazón con rosca de reyes y pastel, y cual fué su sorpresa cuando les conté sobre la diabetes! Los planes se disolvieron, y cuando les propuse que yo llevaría mi tupper de comida saludable, ya no hubo más seguimiento. Es acaso tan importante el papel de la comida calórica en temas sociales? Aparentemente si.
No he sabido reaccionar de manera positiva a todo esto, para ser honesta me encuentro absolutamente devastada... me he puesto de pie una y otra vez y las complicaciones llegan y llegan a tropel, que si el covid, que si la resistencia a la insulina, la operación del pie, el ovario poliquístico, que células precancerosas en el cervix, hipotiroidismo, hiperemesis gravídica, riesgo de preeclampsia, diabetes, ataques de ansiedad y depresión... no estoy tan abuelita, tengo 32 años, llevo un buen estilo de vida, como verduras en cada comida, duermo lo suficiente y me ejercitaba con regularidad (ahora con la hiperemesis, me muevo más de la cuenta y el reflujo-vómito se descontrola)... qué está pasandome?
Ya sé que qué fatalista me voy a escuchar, pero será este el principio del fin? Acaso alguien me echó mal de ojo? Será todo esto un síntoma de otra cosa que está cociéndose dentro de mi, como un lupus o un cáncer? no lo sé. Trato de vivir un día a la vez, estoy agradecida de seguir aquí y que la vida parezca estarnos sonriendo al esposo, a beba y a mi en todo lo demás, pero hace 3 años estos temas de salud no estaban, y mi mente no solo no quiere aceptarlos, si no que no encuentro la manera de resolverlos todos... y si incrementan? y si ponen la vida de la beba en riesgo?
Mi cerebro es un manojo de nervios y estos días muy a duras penas y muy a mi pesar he podido ser funcional, gran parte de mi día se va en descansar, en planear mis comidas, llevar mi diario de glucosa y tratar de no moverme demasiado para que no se vaya mi comida... pero necesito fuerzas y cabeza para la mudanza, se acerca la fecha y aún los pendientes no se han resuelto. Estoy cansada de dar explicaciones y escuchar que "a fulanita le fue peor que a ti en su embarazo porque se fracturó la pierna"... en serio tengo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no rodar los ojos y soltar lo que he leído sobre las complicaciones de la preeclampsia y diabetes, porque ah, claro! fulanita pudo haber tenido la pierna rota, pero al menos su bebé no corrió riesgos de muerte prematura en el 3er trimestre, abortos espontáneos, o falla multisistemíca. Me he hecho una amargada, lo sé.
Por fortuna mi criaturita viene bien, le encanta la hora de la comida (más que a mi) y hace su danza de la alegría en mi panza después de los alimentos, su nombre es Victoria, porque cuando salgamos de esta eso habrá sido para la familia (y para mi), una GRAN Victoria, me emociona conocerla y me da algo de miedo compartirla con el mundo, ya que ahora, dentro de mi tiene todo lo que necesita y la siento crecer cada día, una vez que esté fuera dejaremos de ser una y empezarán otro tipo de preocupaciones maternales que ya iré conociendo, espero estar a la altura y aprender a domar a mi cerebro con ansiedad, volver atrás en el tiempo a través de estas entradas de blog tan personales que no quisiera compartir en facebook o instagram y que al leer a mi yo del pasado ocurra como esta vez, que me leí hace un par de horas para decirme a mi misma que eso que me preocupaba no sólo no era importante, si no que era pasajero, y que esta vez, estas enfermedades y estos achaques que en este momento me quitan el sueño también sean algo pasajero.///
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